martes, 2 de octubre de 2012

Freud, Lacan y la angustia.

El primero es el nexo "angustia y verdad". En la relación entre estos dos términos se produce la pregunta por la causa de la angustia. Diremos entonces que el campo de la puesta en discurso de la angustia se genera desde el momento en que la pregunta por la verdad es idéntica a la pregunta por la causa. Esto tiene como consecuencia que la angustia ya no sea nunca mas uno de tantos afectos, sino el prototipo, y con ello indicio certero de que ahí hay una verdad, ubicada en este "entre" que Kierkegaard señala al descubrir que la angustia está entre el alma y el cuerpo. "La angustia es lo que no engaña", dirá Lacan. El segundo ejemplo es el nexo "angustia y objeto". Lacan descubrió que el objeto en la angustia no es otro que el objeto que hay, que opera digamos, en el deseo, es decir en el fantasma. Si comparamos esto con Freud, la cuestión de la perdida y de la separación pierde su lugar paradigmático para la explicación de la angustia. Su crítica es hoy fácil, ya que el mismo Freud, en "Inhibición, síntoma y angustia", resiste la teoría rankiana de la pérdida originaria objetándole "la madre no era entonces (para el niño como feto) un objeto". Pero la construcción teórica en este punto es un trecho difícil de teoría lacaniana porque implica la teoría del fantasma y del objeto a, es decir la teoría del deseo en tanto tensión entre la cosa que hace la falta y el objeto empírico, tensión frágilmente regulada por el objeto en el fantasma, punto de síntesis 18.También aquí hay una formula pregnante de Lacan: "La angustia no es sin objeto", en dónde tuvo el cuidado de añadir: "a condición de que esto no es para decir ni poder decir (como para algún otro objeto, que no fuera el objeto-causa), de que objeto se trata." Freud, Lacan y la angustia Hans Saettele Leído el 31 de mayo 01 en el ciclo de conferencias "Un siglo con Lacan", UAM-Xochimilco. Cuadro: Angustia. Lápiz: Blanco y negro. Realizado por Luciana Reale.