miércoles, 25 de enero de 2012

Fragmentos de un discurso amoroso

La poesía de Mario Benedetti ha ido creciendo en distintas direcciones. Al utilizar imágenes surrealistas y otras más tradicionales dentro de determinados patrones métricos. Decantadas las urgencias de experimentación formal, se registra en la obra poética de Benedetti, alternándose con otras composiciones en verso libre, un nuevo acercamiento a las formas tradicionales, mediante el empleo de la métrica y la rima. El recurrente tema amoroso cruza otra vez su poética en "Informe sobre caricias", poema estructurado en estrofas de tres y cuatro versos, con métrica y rima. A la manera de las coplas, que anuncian el tema e insinúan su resolución, las seis estrofas del poema participan de una intención sentenciosa, característica de la poesía popular. 1. La caricia es un lenguaje, si tus caricias me hablan, no quisiera que se callen. Como en los dichos o relaciones que se intecalan en las danzas folklóricas, el poema ofrece variaciones en sus respectivas secuencias: 2. La caricia no es la copia, de otra caricia lejana, es una nueva versión, casi siempre mejorada. 3. Es la fiesta de la piel, la caricia mientras dura, y cuando se aleja deja, sin amparo a la lujuria. La voluntaria sencillez de la forma permite al poeta mostrar con simpatía el tema amoroso: 4. Las caricias de los sueños, que son prodigio y encanto, adolecen de un defecto, no tienen tacto. Una segunda lectura de la caricia, de intención más profunda, se manifiesta en estos versos: 5. Como aventura y enigma, la caricia empieza antes, de convertirse en caricia. Otra observación, más pícara y amable, cierra el Informe: 6. Es claro que lo mejor, no es la caricia en sí misma, sino su continuación. Espero que les haya gustado este estracto de Mario Benedetti - cuyo análisis pertenece a Pedro Orgambide - el cual a mí criterio considero que es " una caricia para el alma". Bibliografía: Mario Benedetti, "Antología Poética, Introducción de Pedro Orgambide." Colección Austral.

lunes, 23 de enero de 2012

Tabú. Gustavo Cerati

Tabú. Gustavo Cerati Cerca del nuevo fin/ tabú, fuego y dolor./ La selva se abrió a mis pies/ y por tí, tuve el valor/ de seguir.../ al ánimo de brillar/ la luz se adelantó/ trepando montañas fuí/ y perdí la tentación/ por tí/ lo hice por ti/ por tí/ tuve el valor/ corrí hasta alcanzarte/ y vencí la sordida sed./ en la alquimia salvaje/ de tus labios oro rubí/ por tí/ lo hice por ti./ por tí/ tuve el valor.

Asunción de tí. (Mario Benedetti )


Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
por situarnos en alguna estación
por dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco a ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve rasgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.

2

Hemos llegado al crepúsculo neutro
donde el día y la noche se funden y se igualan.
Nadie podrá olvidar este descanso.
Pasa sobre mis párpados el cielo fácil
a dejarme los ojos vacíos de ciudad.
No pienses ahora en el tiempo de agujas,
en el tiempo de pobres desesperaciones.
Ahora sólo existe el anhelo desnudo,
el sol que se desprende de sus nubes de llanto,
tu rostro que se interna noche adentro
hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.

3

Puedes querer el alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere
sola en su azar
quemando
y tu dueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadidos,
saberte aquí.
Habrá para vivir cualquier huida
y el momento de la espuma y el sol
que aquí permanecieron.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
Esta noche, otra noche
tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde está intacto sin ti,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú,
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.